martes, 2 de septiembre de 2014

Forma de la barriga y sexo del bebé

¿La forma de la barriga permite adivinar si el bebé será niño o niña? Te explicamos qué hay de
cierto en esta leyenda popular.
El tamaño y la estatura de la madre y el bebé, si se trata de un embarazo único o múltiple, la
posición del bebé o la cantidad de líquido amniótico son algunos de los factores que influyen en la
forma y el tamaño de la barriga.
Aunque la tradición asocia la forma de la barriga con el sexo del bebé, este mito no tiene ningún
fundamento científico. Dicen que si la embarazada tiene la barriga puntiaguda, espera un niño. En
cambio, si el vientre es redondito, indica que tendrá una niña.
Esta teoría se basa en el hecho de que se cree que las niñas se colocan de forma transversal. Por eso,
la barriga se ve más ancha. Los niños, en cambio, lo hacen de forma vertical, de ahí la creencia de
que las barrigas puntiagudas índican que el bebé será un niño.
Leyendas aparte, hay tantas barrigas , como embarazadas. La forma del abdomen puede ser distinta
de una mujer a otra, pero por motivos muy diversos, que no tienen nada que ver con el sexo del
bebé. Durante el primer embarazo, en general, las futuras mamás presentan un vientre más
puntiagudo. En cambio, a partir de la segunda gestación, la barriga tiene un aspecto más
redondeado, ya que los músculos del útero y del abdomen se encuentran más relajados y sostienen
con menor eficacia el aumento de volumen.
La forma del vientre también depende de la pelvis: si es de constitución estrecha, la barriga tenderá
a sobresalir y a tomar su característica forma puntiaguda. Lo mismo se puede decir si la embarazada
tiene los músculos abdominales muy tónicos por naturaleza o practica algún deporte.
La forma de la barriga también está influenciada por la altura: si la futura mamá es de estatura más
bien baja, es más fácil que tenga un vientre redondeado y poco salido.

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