martes, 2 de septiembre de 2014

Sexo en el tercer trimestre de embarazo

En el tercer trimestre del embarazo, el tamaño del bebé y la barriga es considerable, y el sexo puede
resultar incómodo. En este momento, se pueden buscar alternativas a la penetración.
Las relaciones sexuales en el tercer trimestre de embarazo pueden resultar incómodas, debido al
volumen de la tripa y a otras posibles molestias de la mamá. En cuanto al último mes de embarazo,
los médicos no se ponen de acuerdo respecto a si es conveniente abstenerse de mantener relaciones
sexuales en este período.
Según muchos ginecólogos, durante el último mes de embarazo, las contracciones uterinas que
acompañan al orgasmo pueden poner en marcha los mecanismos del parto y, por consiguiente,
aconsejan evitar las relaciones.
Otros, por el contrario, opinan de una forma muy distinta: sostienen que practicar sexo durante las
últimas semanas puede ser precisamente útil para modificar el cuello del útero e inducir el parto.
Sobre todo debido al efecto de la prostaglandina, una hormona contenida en el líquido seminal del
hombre.
Se trata de un efecto que no se ha de infravalorar, sobre todo teniendo en cuenta que a menudo la
poca cantidad o incluso la falta de contracciones hace necesario el empleo de hormonas para
estimular el inicio del parto.
Si la pareja decide mantener relaciones sexuales durante el tercer trimestre de embarazo, es muy
importante ser cuidadosos con la penetración. En este caso, es muy recomendable buscar
alternativas, ya que para alcanzar el orgasmo no es necesaria la penetración. También son
estimulantes los besos y las caricias.
Sexo y embarazo: los cambios en la mujer
Con la finalidad de dejar el espacio suficiente al bebé, el tamaño del abdomen de la futura mamá se
ha vuelto verdaderamente impresionante. El diafragma se eleva y oprime un poco los pulmones.
Esto puede dificultar la respiración, sobre todo, mientras se realizan esfuerzos, incluidos los
concernientes a las relaciones sexuales. Además, a menudo, la mujer tiene que enfrentarse con dolor
de espalda, ciática, hinchazón de las piernas y un sentimiento generalizado de torpeza. Todos estos
factores menguan notablemente el deseo sexual. En algunas mujeres, también puede suceder que la
cabeza del niño ocupe la parta alta de la vagina. Al producirse la penetración, el pene puede tocar el
cuello del útero, mucho más vascularizado y frágil, provocando alguna ligera pérdida de sangre.
Normalmente, no suele ser nada grave, pero conviene ponerlo en conocimiento del ginecólogo de
inmediato.
Por otro lado, conforme se acercan los últimos meses del embarazo, algunas mujeres ya no se
gustan físicamente. El miedo a haber dejado de ser atractiva incita a la futura madre a rechazar sus
deseos sexuales, llegando incluso a dejar de sentirlos. No resulta nada fácil vencer ciertas
sensaciones, pero puede resultar útil saber que muchos hombres desean todavía más el cuerpo de su
mujer transformado por el embarazo. Y es que, durante este tiempo, además de sentirse atraídos
físicamente por ella, se sienten vinculados por una nueva ternura y una especie de complicidad.
Sexo en el tercer trimestre: los miedos del padre
Durante el tercer trimestre, las cosas también se complican desde el punto de vista masculino. El
futuro papá temerá más que nunca perjudicar al niño durante las relaciones. Además, deberá lidiar
con el miedo de la mujer a haber dejado de ser atractiva.

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