¿Qué le sucede a la piel de una embarazada? La piel se oscurece, las estrías aparecen y las cicatrices se tornan más oscuras. Te explicamos qué cambios vas a experimentar.
El embarazo trae consigo una revolución hormonal que se refleja en muchos aspectos del cuerpo de la mujer. Entre ellos, la piel. En el embarazo aumentan los estrógenos, la progesterona, la hormona estimulante de los melanocitos y los glucocorticoides. Todos estos cambios hormonales se reflejan en el color de la piel, el cual se oscurece. Si tienes alguna cicatriz o algún lunar o pecas, notarás que se oscurecen.

El oscurecimiento de la piel se hace más visible en los alrededores del ombligo, los genitales, las areolas del pecho, las axilas y la cara interna de los muslos.

A partir del tercer mes de gestación, cerca de la mitad de las embarazadas empieza a sufrir el llamado cloasma gestacional. El cloasma gestacional no son otra cosas que manchas difusas en la cara, especialmente en las mejillas, la frente y los labios. Si sufres de este trastorno, no te preocupes, generalmente estas manchas desaparecen con el parto.

Para las estrías, muy frecuentes en las zonas que necesitan de la elasticidad de la piel durante el embarazo, lo mejor es aplicar cualquier tipo de crema hidratante sobre las zonas más conflictivas.
A veces aparecen pequeños vasos sanguíneos dilatados en la cara, el pecho, brazos y hombros. Al igual que las varices, suelen remitir tras el parto.

Los cambios hormonales son también los responsables de que, a partir de la semana 20, algunas mujeres se noten más vello en la cara, las piernas, la espalda y la zona del ombligo, pero también es temporal.