Se trata de un trastorno muy frecuente durante la gestación. Te explicamos cómo prevenir y tratar las hemorroides.
La aparición de las hemorroides durante el embarazo es un problema muy frecuente.  El útero agrandado comprime la última parte del intestino, lo que puede provocar estreñimiento durante la gestación. Además, el aumento de progesterona que se produce desde el inicio de la gestación dilata todos los vasos sanguíneos del cuerpo, y también las pequeñas venas del ano. Cuando éstas se inflaman, dan lugar a las hemorroides, un trastorno que provoca un fuerte picor, un dolor intenso durante la evacuación y, en ocasiones, la expulsión de una pequeña cantidad de sangre. 
El esfuerzo realizado durante el trabajo de parto puede comportar la aparición de nuevas hemorroides, agravando el problema ya existente y, por tanto, empeorando el trastorno.
Consejos para prevenir las hemorroides Las hemorroides se pueden prevenir con unos hábitos de vida saludables:
-Sigue una alimentación rica en frutas, verduras y cereales: la fibra obstaculiza la aparición del estreñimiento en el embarazo.
-Bebe un mínimo de dos litros de agua al día. El zumo de arándanos también es muy beneficioso. Sin embargo, debes evitar los zumos de manzana o de limón, pues son astringentes, así como los alimentos picantes o los muy grasos, como los embutidos, ya que son difíciles de digerir.
-Practica ejercicio cada día: los paseos al aire libre, la natación y la gimnasia suave son muy recomendables.
-No permanezcas demasiado tiempo de pie o sentada, con el fin de prevenir problemas circulatorios, y evita levantar peso.
-Controla el aumento de peso: se ha observado que el riesgo de hemorroides es mayor si la futura mamá aumenta de peso más de lo normal.

¿Y si ya han aparecido?
-Haz baños de asiento con agua fría o fresca, pues reduce el flujo sanguíneo y baja la inflamación.
-Si las hemorroides están fuera del ano, redúcelas comprimiéndolas con un suave masaje.
-Aplica cremas y pomadas antiinflamatorias sobre la zona varias veces al día, o bien utiliza toallitas específicas, que, además de aliviar este molesto trastorno, contribuyen a mantener la zona limpia.
-Si sientes la necesidad de ir al lavabo, no la reprimas. Si estás estreñida o las heces son duras, puedes utilizar un laxante suave o un supositorio de glicerina. Sobre todo, evita realizar esfuerzos o permanecer sentada en el inodoro durante mucho tiempo. 
-Limpia siempre la parte afectada después de defecar, para evitar posibles infecciones.
-Recuerda que el ginecólogo es quien debe prescribir el tratamiento más adecuado, así como su dosificación.