martes, 2 de septiembre de 2014

Genética: ¿cómo será el bebé?

El color de los ojos, el pelo, la piel, sus rasgos e, incluso, su inteligencia y su carácter dependerán
de la aportación genética de los padres.
Las mamás siempre aportan al feto un cromosoma X. El sexo del bebé dependerá de la aportación
del papá, que puede ser un cromosoma Y (nacerá un niño) o X (nacerá una niña).
¿Niño o niña? Si, en el momento de la concepción, el óvulo femenino (portador de un cromosoma
X) se encuentra con un espermatozoide portador de un cromosoma Y, nacerá un niño; en el caso
contrario (cuando un espermatozoide X fecunda el óvulo), nacerá una niña.
Asimismo, el desarrollo intelectual recibe la influencia de un gen presente en el cromosoma X.
En los niños, el cromosoma X procede exclusivamente de la mamá, por lo que se puede considerar
que la inteligencia del niño depende de su madre. En cambio, la inteligencia de las niñas depende de
la X paterna y de la X materna.
Por lo que respecta al color de los ojos, depende de varios genes y, contrariamente a lo que se
pensaba, no siempre predomina el color más oscuro.
Hasta hace un tiempo se consideraba (sobre la base de las leyes de Mendel) que el color de los ojos
dependía de un único gen, y que el portador de los colores oscuros se transmitía con mayor
probabilidad el de los colores claros. Sin embargo, desde hace algunos años, se ha descubierto que
el mecanismo de transmisión es mucho más complejo.
En cambio, para el cabello, se considera que el oscuro y rizado tiene muchas más probabilidades de
ser transmitido que el claro y liso.

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