Te explicamos exactamente en qué consiste dar a luz de forma natural o fisiológica, porque es importante saber que no todos los partos vaginales son naturales.
Puede parecer extraño, pero, hoy en día, lo que debería ser normal se ha convertido en una excepción. Dar a luz de forma natural o fisiológica cada vez es más raro, mientras que se multiplican los partos inducidos, las cesáreas, las maniobras y las prácticas que van desde la rotura de las aguas a la administración de fármacos, como la oxitocina, pasando por la episiotomía, que aún se realiza, en muchos casos, de forma rutinaria.
Y, sin embargo, la naturaleza pone a nuestra disposición un mecanismo perfecto para parir de forma natural, que salvaguarda la salud tanto de la mamá como la del bebé, siempre que no se produzcan “intromisiones”. Pero ¿qué es exactamente un parto natural o fisiológico? ¿Es lo mismo un parto vaginal que un parto natural?

Qué es un parto natural
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como natural o "normal" un parto que se inicia de forma espontánea, de bajo riesgo desde el inicio del trabajo hasta el final. El feto es expulsado por vía vaginal, en presentación de vértice (es decir, con la cabeza colocada hacia abajo, en dirección al canal del parto), entre la 37ª semana de gestación y la 42ª semana de embarazo, y, después del nacimiento, tanto la madre como el bebé gozan de buena salud. En estos casos, la OMS recomienda las mínimas intervenciones para garantizar la seguridad de la mamá y del bebé, pues de otro modo se corre el riesgo de sufrir efectos colaterales.
Por tanto, en el parto fisiológico, siempre que se produzca sin obstáculos, se activan de forma espontánea una serie de procesos que garantizan el perfecto bienestar tanto de la mamá como del bebé. Y no siempre un parto vaginal es natural.